La Mujer vestida de Negro


-Ella vive en una burbuja. ¿Acaso eso es normal?
-No sé.
-¡No habla con nadie! Es antipática. Se cree que sabe todo.¡Y los demás no sabemos nada!
-Quizá no sea antipática sino tímida…
-¡Habla mucho!
-¿Habla mucho o no habla con nadie?
-¡Es una perseguida! ¡Cree que todos están contra ella! ¡No es igual a los otros, no es normal!
-¿Cómo es “ser normal”?
-¡Normal! ¡Como son todos!
-¿Cómo son todos?
-¡Normales!
-No te entiendo.
-¡No hace lo que hacen todos!.
-¿Y qué hacen todos?
-¡Lo normal!
-¿Cómo qué? ¿No es normal porque “habla poco”?
-¡Y sí!
-¿Y no será que prefiere callar porque no tiene nada que decir?
-¡Siempre hay algo para decir!
-¿Siempre?
-El día, el cielo, la moda, ¡miles de cosas!
-¿Y si a ella no le interesan esas cosas?
-¡No existe alguien a quien no le interesen esas cosas! Bueno, si existe alguien así no es normal.
-¿No dijiste que ella habla mucho?
-¡Claro!
-¿Y cuál es el límite?
-No te entiendo.
-Me refiero, a cuánto y de qué hay que hablar para no ser “loco”, o como vos decís, para ser normal.
-¡Y lo normal! Aparte ¿viste lo que dicen todos?
-No…
-Ella no hace las cosas que se hacen…
-¿Qué cosas son las que “se hacen”?
-¡Las cosas!, los mandados, la comida, yo siempre estoy a mil, ¡no doy abasto!, llevo a Bebe al futbol, a Loli a hockey, y mientras tanto voy; estaciono en doble fila, y compro lo que haga falta. Hoy voy a hacer tarta de alcaparras, porque al Gordo le encanta, y las alcaparras me salen más baratas en la calle Arenal Grande, así que, en diez minutos hago la compra.
-¿Dijiste que estacionás en doble fila?
-¡Son diez minutos!
-¡Pero se arma un lío bárbaro con los bondi que pasan por ahí!
-¡No se van a morir!
-¿Y vos?
-¿Yo qué?
-¿Te vas a morir si estacionás a la vuelta y caminás unos pasos? Después te pesás cuatro veces por día…
-¡Qué tiene que ver!
-No sé…
-Mirá, ¡yo estoy a mil!, mientras espero la hora de salida de Bebe y Loli hago los mandados, y después en el anca de un piojo, los voy a buscar, ¡y los llevo al inglés!
-¿Y?
-Y bueno, mientras están en el inglés, voy un momentito a casa y saco las alcaparras, porque dicen que si las dejás 14 minutos y 20 segundos al aire fresco y luego 3 minutos con un poquitito de nuez moscada, quedan bárbaras, y las probé y al Gordo le encantan. Mirá si ella le va hacer alcaparras a él, que trabaja todo el día, y viene cansado, ¡ella no hace Nada!
-¿En esa casa no comen?
-Comen todos los días lo mismo.
-Pero comen.
-Pero todos los días o pasta, o milanesas con tomate, o panchos con ensalada rusa, omelette de queso.
-¿Y eso no es comida?
-¡Ah! ¡No vas a comparar “eso” con las alcaparras que le hago al Gordo!
-¿Por qué?
-¡Dejá! Yo al Gordo le hago la comida fresca y cada día, ¡no vas a comparar lo que lleva hacer la comida fresca con comprar todo en el súper!
-Mientras en su casa haya algo para comer, no veo la diferencia.
-¡Cómo que no ves la diferencia! ¡Así que viva! ¡Es una papa!
-¿Y qué tiene de malo que sea “una papa”?
-¡Que le importa un rábano el marido, los hijos! ¡Sólo le importa ella! Todo el día con esa tontería de ser escritora…
-¿Tontería?
-¡No vas a comparar estar todo el día escribiendo con estar a mil como estoy yo!
-Pero ella escribe cosas interesantes.
-Mirá, serían cosas interesantes si eso le hiciera ganar algún manguito, pero así no.
-¡Ella trabaja también!
-¡Qué viva! Un trabajo donde está muy cómoda.
-¿Lleva o no lleva divisas a su casa?
-¡Lleva porque todos los funcionarios públicos son flor de vivos, no hacen nada y tienen siempre un sueldón seguro.
-¡No todos son iguales!
-Y todavía después de estar cómodamente “trabajando”, escribe pavadas.
-¿Por qué pavadas?
-¡Ya te dije! ¡Porque no gana un puto peso con eso! Si me dijeras John Gray… bueno, eso es otra cosa.
-¿John Gray no escribe pavadas?
-¡Obvio que no! Se hizo millonario con “Las Mujeres son de Marte y los Hombres son de Venus”. Pero a ella, ¡la mitad de los cuentos son unos divagues, no entiendo nada! Y sino, pierde el tiempo discutiendo y publicando columnas políticas, y después se engancha con eso y ¡claro! Se compenetra tanto que se va volver loca, si ya no lo está.
-Pará. ¿Y vos?
-¿Yo qué?
-Vos tenés una buena vida.
-Sí, bueno, ¡estoy a mil todo el día!
-No me refiero a si estás a mil, me refiero a que acá estás tranquila.
-No entiendo.
-¿No se te da por pensar que un día puede estallar la tercera guerra mundial?
-¡Dejate de estupideces! ¡Si todos nos fuéramos a preocupar por el mundo, nos terminamos suicidando!
-¿Te olvidás de cómo llegaron tus abuelos a este país?
-Sí, llegaron y se pusieron a trabajar, y yo hoy bueno, no trabajo pero cuido a mis hijos,¡estoy todo el día a mil!
-¿Y qué pasó con tus tíos abuelos?
-¡Dejá! Gente que no conocí, sería un masoquismo preocuparme por unos tíos abuelos desconocidos.
-¿No te jode que los hayan matado?
-¡Y bueno, esa época fue la que les tocó vivir!
-¿Y no te importa?
-¡Eso ya pasó!
-¿Y si pasa de vuelta?
-¡Dejá el masoquismo! ¡Esas son pavadas!
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-¡Obvio!
-¿Vos mirás el informativo?
-¡Ni loca! ¿Para deprimirme?
-¿Vos sabés que pasa en el mundo?
-¡Ufa! ¡Otra vez con lo mismo! Mirá, me importa un bledo lo que pasa en el mundo, siempre hay una “guerrita”, siempre fue así.
-¿Y no creés que vos podrías hacer algo para cambiar eso?
-¡Claro! ¡Yo voy a venir con naves voladoras, y mil marcianos y voy a conquistar el mundo! Ahora que me acuerdo, en uno de los cuentos había tipos raros que tomaban sustancias y un montón de estupideces, me parece que se olvidó que ya no está para escribir sobre las chicas superpoderosas. Pero te digo, está tan loca, que no dudo de que se cree una chica superpoderosa. Se cree una de ellas. Si se dedicara a las cosas normales, y no a las pavadas, no estaría tan loca. ¡Despertá! La tipa es un ente, ¡le importa un rábano todo! El otro día me quería morir de la vergüenza, le dijo a Sarita que todo lo que hablaba eran pavadas. Sólo una loca puede decir eso en público, tá, te acepto que lo piense, pero ¿cómo la va tratar de estúpida a Sarita? ¡Lo que pasa es que todos son estúpidos! Sólo una loca le dice a otro que es un estúpido. Una persona normal no va diciendo las bestialidades que dice esta tipa.
-Sí, tenés razón, ¡ella no es normal!
-¡Viva viva, descubriste América!
-Bueno, me voy que ya está por llegar El Gordo, y te tengo entretenida.
-¡No es nada! Mientras hablo contigo por teléfono, ya saqué el pollito del horno, puse la mesa, ahora voy en un periquete y busco a Bebe y Loli.
-Te corto, ché, estás a mil.
-Si la verdad es que estoy a mil. Si querés llamala a ella, que seguramente tiene todo el tiempo del mundo, ¡ja ja!

Anna Donner Rybak ©2011

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